sábado, marzo 09, 2024

Entre el caos y la esperanza


Entre el caos y la esperanza

 

En el cine de catástrofe las primeras tomas muestran una vida que se desarrolla normalmente. La gente al trabajo, los niños a la escuela, los negocios abriendo sus locales, alguien organizando la presentación de esa mañana, muchos saludando por las redes sociales con emoticones. El inicio de un día más, una mañana cualquiera, hurgando en el celular quién cumple años ese día para no olvidar saludarlo…

Tal cual, estamos viviendo este tiempo complejo, donde estamos presenciando una guerra híbrida, cínica, que está allí, ocurriendo. Mientras dormimos, amamos o nos lavamos los dientes, en Gaza mueren niños, mujeres y ancianos en un campo de exterminio a cielo abierto; en el Mar Rojo hay combates navales, drones hunden un portaaviones israelí; en Ucrania, misiles hipersónicos de la Federación Rusa destruyen un edificio donde se reunían tropas mercenarias extranjeras y numerosos militares ucranianos y de la OTAN, de alto rango. Todo está ocurriendo, envuelto de eufemismos, frente a nuestras narices. La televisión abierta apenas incluye el tema en sus noticieros y sigue dándole con la delincuencia local, con el circo de la política, con la carencia de ética. 

En este nuevo Mundo al instante, casi en tiempo real, nos llenan de imágenes, las redes sociales. Pero hay que filtrar, la propaganda es un arma de guerra y se debe desconfiar.  Nos informamos por canales independientes, como Negocios.TV de España, Top de Impacto, Prensa Alternativa.   Sin embargo, en esta vorágine diaria, es reducida la población que entiende y asume a cabalidad el momento crítico que atravesamos como humanidad. El cambio climático ya nos ha golpeado con sequía e inundaciones; el modelo neoliberal y depredador nos ha impuesto un Estado débil que no regula ni fiscaliza debidamente. Es algo que hemos sentido recurrentemente y estamos aún en medio del duelo por la reciente catástrofe de los incendios intencionados, que devastaron Viña del Mar y el Marga Marga. 

Es cierto que, si uno se asoma a diario a los escenarios mundiales, debe cuidar la cordura. Estamos en medio de una realidad caótica. Se dice que está surgiendo un nuevo orden mundial, pero que el viejo régimen se resiste con todo para mantener el statu quo que le conviene. Se avizora un nuevo orden que sería más equitativo, multipolar, con mayor equilibrio de poder entre los actores internacionales. A partir de la expansión de la OTAN, acercando bases de misiles apuntando a Rusia,  se provocó la operación militar de la Federación sobre Ucrania; es un conflicto que se agudiza el 2014 cuando en un golpe de Estado se derroca al gobierno pro ruso de Ucrania e instala un gobierno neonazi que pide entrar a la OTAN. En este conflicto, que lleva dos años, la gran perdedora ha sido Europa, en especial Alemania, con una economía en recesión, teniendo que comprarle gas más caro a EEUU. A esta guerra se ha sumado, a partir del 7 de octubre, la ocupación de la Franja de Gaza y su asimétrica invasión y devastación genocida, con más de 40 mil muertos, la mitad de ellos niños. En la escalada, Yemen defendiendo a Palestina, ha declarado la guerra a Israel, lo mismo ha hecho Argelia. La guerra mundial está ocurriendo, tal como lo señalara hace años el Papa Francisco. Hoy Irán, Siria , El Líbano, están intercambiando misiles y drones con Israel y EEUU. Se ha entrado en un clima de beligerancia maniquea, que no deja espacios para tonalidades y se impone la fuerza por sobre la razón y el Derecho.

Un nuevo orden mundial se esboza, está por nacer, mientras lo viejo se resiste a morir y como reacción plantea una peligrosa huida hacia adelante, que extienda la guerra de Ucrania a toda Europa, como palanca de crecimiento económico para el sector armamentista de la potencia imperial, en una estrategia casi suicida.  Los pueblos marchan contra el genocidio del sionismo en la Palestina ocupada. En Europa marchan los agricultores, la Unión Europea se convulsiona. Hay una anomia por todas partes. La lógica belicista manda que si no estás conmigo eres mi enemigo y tengo que destruirte. Sin embargo, el nuevo orden sigue creciendo, los BRICS se expande y se convierte en el bloque que más población y producto bruto interno acumula; el jaque mate al orden de Bretton Woods será cuando un nuevo sistema monetario, alternativo al FMI, abra un nuevo sistema para los pagos internacionales, con divisas alternativas que tengan el oro como respaldo. Los tiempos del dólar y de su emisión afiebrada están por concluir. El tema que debe preocuparnos es cómo sobrellevar económicamente como país pequeño, este profundo cambio, manteniendo la integridad territorial y la soberanía, asumiendo que somos un país exportador que tiene como principal socio a China.

Si el nuevo orden mundial cimenta la paz en la colaboración y el comercio, para ser distinto a lo actual, debería imponer a los poderes corporativos mundiales reglas el juego que eliminen sus trampas y la evasión, características del orden colonial anglosajón. Con el peso del Derecho Internacional, se debería terminar con la expoliación de sus recursos naturales, que realizan a las economías nacionales, con toda la corrupción asociada. El orden actual, consagrado en organismos como la OMC, establece una preminencia de los intereses multinacionales por encima de los Estados. Acuerdos como el TPP 11 (increíblemente suscrito por el gobierno de Boric)  han buscado consolidar los amarres que inmovilicen al Estado frente a las multinacionales. Es algo que habría que corregir, si se pretende que el nuevo sistema multipolar sea de mayor equidad para los pueblos del mundo.

Los poderes globales supranacionales y corporativos deberán resignar sus pretensiones de dominación mundial y de concentración de la riqueza, para someterse a un orden con Estados fuertes, que regulen y fiscalicen las economías en pro del bien común y la preservación de la naturaleza.  Esta aspiración debiera significar que podamos erradicar la corrupción estructural de las élites y su poder criminal, que son las que se nutren de la guerra, los genocidios y los ecocidios, basando el modelo neoliberal en el crecimiento ilimitado.

Estamos viviendo un conflicto entre un sistema que concentra el poder económico, financiero y militar en una potencia hegemónica, EEUU con sus diferentes alianzas militares estratégicas, y los BRICS, como bloque emergente que levanta una propuesta multipolar que vendría a instaurar un nuevo orden.

En este conflicto, nos toca estar en el patio trasero, territorio que la política estadounidense considera como propio. La opción de neutralidad es difícil; a nivel de la política interna la influencia o intromisión se ha hecho patente y como sociedad estamos permeados por intereses foráneos que se han aliado a grupos de poder internos. La opción que se jugara en los 80 de una integración regional, es hoy más difícil por la penetración de corrientes globalistas y el renacimiento de la ultraderecha, ambas camufladas en la mirada maniquea de izquierdas y derechas.

Por eso, educar cívicamente al pueblo es urgente, porque un pueblo consciente es fundamental para ser un país soberano. Actualmente, los poderes de la ultraderecha neoliberal han desplegado su poder mediático y han logrado llevar a los países a situaciones regresivas, como lo ha sido negar el rol conductor que debe tener el Estado y la necesaria cooperación regional que debe existir en Sudamérica. Resulta urgente que las fuerzas progresistas de América Latina y el Caribe puedan sumarse a la recuperación de una nueva política, que coloque la integridad como valor central y el bien común como norte. Señales positivas que nos llenan de esperanza, han sido el gobierno de AMLO en México con su Cuarta Revolución y los logros objetivos de su gobierno; el superávit fiscal que ha logrado Lula en Brasil al aplicar un impuesto a los super ricos; o el éxito de Bukele al erradicar las maras y dar seguridad al Salvador, incluso contra la intromisión demagógica de los globalistas.

 Frente a este momento de alto riesgo, con una soterrada guerra mundial en ciernes, que podrá culminar en una paz estable o escalar hasta la autodestrucción, la humanidad debe jugárselas por la Paz y la Justicia, resistiendo la embestida de los poderes globales que buscan mantener un estado de cosas que asegure sus privilegios, en desmedro de las mayorías. Esas fuerzas globales que buscan consolidar su dominación y nos quieren inconscientes, incapaces de esgrimir la crítica o levantar nuevas utopías de paz y cooperación. Entendamos que, como pueblos soberanos, podemos echarlos del poder y develar sus mentiras, con la no violencia activa.

Valparaíso, 9 de marzo 2024

Hernán Narbona Véliz – Periodismo Independiente

Corresponsal de diario La Razón.clUna mirada libre a nuestro entorno

domingo, febrero 18, 2024

Febrero Fatal



Un denso hedor de muerte se extiende como estertores, alveolos ennegrecidos, evaporación de personas, historias y barriadas. Espíritus confundidos deambulan entre remolinos, buscando hogares que se han esfumado. 

Como en un alto horno el tiempo ha caducado. Todo bulle, se investiga un crimen incendiario, intencional y premeditado, querellas que se cursan pero que no prosperan. Los propios damnificados persiguiendo a los incendiarios, desprotección que se vivió en los primeros días de la catástrofe. Como en una avalancha candente que avanzaba con vientos huracanados, las lenguas rojas borraron poblaciones y naturaleza.

Evacuar, evacuar, pero cómo, si nunca hubo un simulacro, nunca se previó tan dantesco escenario. Sirenas que se apagan, monstruos de codicia elevando los precios de materiales de construcción. Cambia el foco, viene un duelo oficial por un ex Presidente de oscuro pasado. Del incendio ya no se habla. Es Chile, carajo, fueron 20 mil casas destruidas, más de doscientos desaparecidos. Un duelo que no termina.

Se confunde el inicio de la vida con el bramido del huracanado vendaval de la muerte. En los límites de la palabra, la oscuridad, el laberinto de fuego crepitando como carcajada del averno. Cementerios de autos calcinados, muerte transversal, terrorismo sin culpables, burócratas que se lavan las manos, siempre la buitre codicia rastrera sobándose las manos con los precios de mercado de los materiales de construcción indispensables. Nada nuevo, es el modelo. Nadie propone reconstrucción cooperativa en autoconstrucción, eso sería una herejía, el negocio es para las constructoras. Es el modelo.

Ecocidio y genocidio, crímenes de lesa humanidad, Un perro aúlla y su alma destrozada huele el denso residuo de cenizas, donde poco antes estuvo su hogar, los amos, los abuelos protectores, los niños esfumados para siempre.

No queda ningún verbo en el mosaico de cenizas, todo quedó cual desierto gris. Nadie escapó al alarido rojo del viento encendido. Llueven cenizas sobre la bahía, con una escoba, un viejo barre la vereda de lo que fue su casa. Un dron se eleva y nos confunde ¿es el Olivar o es Gaza? ¿Hiroshima o Villa Dulce? El sopor, la fiebre, el duelo. Espíritus desconcertados por sueños calcinados.

¿Alguien con veleidosa garra lo hizo para imponer sus intereses? La Bestia no descansa.

Sin embargo, la vida permea, pese a todo, el duelo va dando paso a una recóndita esperanza. Como en un huso de temple y coraje se van deshilachando las últimas lágrimas, mientras van cicatrizando las costras del alma flagelada. Hay que volver a florecer de la nada. Se ha muerto tanto en cada manzana, se ha muerto tanto por escaleras y quebradas. Hemos desaparecido en la nada roja que miserables sembraron.

Sobrevivientes lo perdieron todo. Aparece el abrigo, alimentos, las ollas comunes. Solidaridad y rezos los apañan, se escuchan mentiras piadosas, “Somos almas en pena, hemos desaparecido”. Como una enciclopedia que se va deshojando con el viento de fuego, desaparecen las historias. Es un capítulo de odio y voracidad sobre la tierra. Frente a eso, la humanidad ecuménica, los vértices de la compasión se arremolinan en las barriadas populares. El tejido social reverbera Las almas desgajadas siguen sangrando tras una muerte desnuda de epitafios. Circulan los espíritus sin comprender el zarpazo fulminante, buscando errantes el camino a casa.

En medio de este Febrero fatal, hemos comprobado nuestra indefensión y la falta de prevención que elimine oportunamente focos de riesgo. Es que el Estado sigue siendo subsidiario, sin tener un cuerpo profesional de funcionarios permanentes para afrontar medidas preventivas. Es el mercado el que se ocupa de la extinción de incendios forestales para que hagan su negocio en las “temporadas de incendios”.  ¿Cuántas medidas de sentido común pudieron tomarse para generar cortafuegos, desmalezados preventivos, simulacros de evacuación? Para eso no hay plata. Para los incendios sí y cada año hay una temporada de incendios. El Estado no se hace responsable. Es lo que rige nuestras relaciones como sociedad., El Estado no es capaz siquiera de hacer talar áreas de bosques de riesgo, como eucaliptus y pinos cerca de áreas pobladas, ya que prima el derecho de propiedad. Es el modelo.

Tras siniestros dantescos, (el incendio de 11 cerros de Valparaíso el 2014 significó 2900 casas destruidas, esta última catástrofe lo supera en más de 6 veces) y luego de que realicen cadenas, teletones y campañas solidarias, volveremos a lo mismo. A un escenario de individualismo y creciente indefensión, donde la acción de las élites que mandan en Chile, sigue anclada a un modelo depredador donde las necesidades primarias del ser humano son objeto de negocio. ¿Quién se acuerda del cooperativismo como solución a la falta de viviendas? Seamos herejes.

 

Hernán Narbona Véliz

Periodismo Independiente

Corresponsal de La Razón.cl

Valparaíso, 18 de febrero 2024
Una mirada libre a nuestro entorno

lunes, enero 01, 2024

Mensaje para América Latina en las festividades de Navidad y Año Nuevo






Una mirada libre a nuestro entorno

jueves, diciembre 21, 2023

¿Distopía o cambio de era?

¿Distopía o Cambio de era?
Los sicarios salieron tras los primogénitos que saltaron torniquetes. Los pretorianos y sus publicistas llenaron de pantallas y cámaras las urbes. Los banqueros afilaron sus espadas. El circo mediático creció vía streaming, la palabrería inundó los espacios y los verdaderos gladiadores de la palabra volvieron a las catacumbas, fueron dispersados por balines y mutilaciones.
Los metales pesados horadaron el hemisferio de la voluntad y la carencia de emociones llenó los barrios de zombies. Los catecismos de la ambición instalaron nuevos becerros de oro en los malls. Los grupos financieros multiplicaron su oro en medio de la plaga.
Habían convertido la vanidad de los idiotas en una constante oportunidad de negocios. En medio de villancicos, la codicia metió sus garras, el retail se saltó cuarentenas. La humanidad conjugó la egolatría y la pasión se llenó de siliconas y muñecas inflables. Para la vanidad, llenaron de espejos las murallas, el muro espejado impidió ver la hecatombe, La felicidad siguió la moda mientras el desierto avanzaba y la muerte se solazaba en el cemento y el plástico. Los ciegos se calzaron lentes para ver eclipses.
Los arribistas aspiracionales compraron doctorados al hombre del maletín. Comieron por delivery. Para lograr fantasías se repartieron emoticones y aplausos grabados. Lo fatuo se vistió de sensibleros verbos. Cada cual caminando por su metro cuadrado de nube.
En sus burbujas, se sentían seguros; se sentían integrados, pertenecientes a un sueño americano. Pero el tiempo los golpeó en sus bunkers, los espejos de moteles apolillados reflejaron flaccideces con mascarillas. En los cruceros, los cadáveres saturaron las cámaras de frío y fueron lanzados al océano donde se mezclaron con cuerpos náufragos de desplazados que buscaban sobrevivir en tierras promisorias.
Pero, de pronto, en medio de la primavera, los jóvenes, saltando torniquetes incendiaron el becerro de oro. Las termitas devoraron los expedientes de la injusticia, la luz recuperó la mirada de los mutilados. Los sicarios huyeron y tomaron contratos con nuevos depredadores y juntos celebraron en paraísos fiscales, los trofeos del exterminio.
Las dimensiones del caos siguen a altos decibeles proclamando nuevos imperialismos. La esperanza muere por traidores que se sumergen en su propio estiércol. Los calendarios pierden vigencia, el tiempo y el agua se transan en la bolsa de Wall Street y la vanidad socava las cavernas del opio, Platón es exiliado. Todo se licúa. Séneca no encuentra el número de justos para evitar nuevos Sodoma y Gomorra.  En su salsa, la gonorrea baila con las nuevas cepas del Sars, la regla del megáfono oficial es dividir, desconfiar del hermano, no pensar, no soñar. La deslealtad pampea, no quedan lágrimas, asido a un sueño, escarbo en el recuerdo por un pesebre.
Hernán Narbona Véliz, 21,12,2020.

domingo, diciembre 10, 2023

2023: de Horror y Esperanza

¿Cuáles han sido los acontecimientos relevantes del 2023?

Cada año los recuentos periodísticos intentan realizar balances e identificar algunas tendencias que nos impactarán en el corto y largo plazo. En esta ocasión, esta columna tradicional de cada diciembre, tratará de resumir un año en el que se ha manifestado la naturaleza con situaciones climáticas extremas, mientras la humanidad se ha visto estremecida por una guerra moderna, con drones kamikazes, hackeo de sistemas, la muerte impersonal a través de video juegos, armas hipersónicas de exterminio; niveles de violencia que han dejado a la humanidad al borde de un precipicio.

Cuando se observa esta escalada, sin ser apocalípticos, se debe ponderar el riesgo que se vive y la fragilidad de nuestros Estados  y su difícil supervivencia, si se desata una tercera guerra mundial, ya que en ese escenario macabro, todo el planeta queda como tierra de nadie, a merced de lo que pueda acarrear una guerra relámpago de aniquilamiento. Vivimos un mundo globalizado a partir de la Internet, que vive la realidad virtual, la Inteligencia Artificial, la conectividad, con sistemas productivos que han cruzado los límites en materia ambiental y  sistemas financieros que están por encima del control de los Estados, con sistemas de pagos internacionales que se han alineado con la divisa dólar como orden impuesto por EEUU desde la pos segunda guerra mundial. Todo lo cual ha comenzado a ajustarse en un nuevo esquema de poder mundial, con nuevas alianzas estratégicas que vienen a cambiar la interdependencia compleja que se ha dado hasta ahora entre los diversos actores, llámense Estados Nacionales, Corporaciones Multinacionales, ONGs, los ciudadanos, la sociedad civil, con sus culturas y religiones diversas.  

Estamos en medio de un proceso de cambio: un orden imperial en decadencia y un sistema múltiple y diverso que comienza a nacer. Con una vorágine de variables geopolíticas, económicas, sociales y ambientales en plena gestación. Escenarios que exigen adecuar las políticas públicas de los países, asumiendo los escasos márgenes de maniobra que tenemos como región sudamericana frente a los desafíos que se nos vienen.

Hacia un Nuevo Orden Mundial

A nivel geopolítico, el mundo ha asistido a la escalada de un conflicto entre EEUU y la OTAN con la Federación Rusa. Se está viviendo el tránsito de un sistema unipolar, con una sola superpotencia hegemónica, hacia un sistema multipolar, con diversos actores soberanos que actúen en respeto mutuo, de acuerdo al Derecho Internacional. Este proceso ha partido con la conformación del bloque político económico de los BRICS, con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el cual ha seguido creciendo con la incorporación a partir del 1 de enero de 2024 de Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía. El intercambio al interior de los BRICS deja de usar el dólar como divisa hegemónica, implementando el uso de monedas propias para su intercambio, tendencia que está debilitando  una de las principales bases de la hegemonía norteamericana: el dólar como divisa líder para los pagos internacionales.  Otras variables que marcan el término del sistema unipolar es la pobreza creciente en los EEUU y el sobre endeudamiento externo, lo que ha socavado su moneda, dada la colocación de bonos soberanos en los mercados de capitales y la tenencia de esos títulos por parte de China, como principal acreedor de esa deuda externa.  

La guerra de Ucrania y Rusia ha sido el anfiteatro para medir en terreno el poder militar real de la OTAN y la Federación Rusa en términos de guerra con uso de modernas tecnologías.  De acuerdo a análisis de geopolíticos europeos y de prensa-alternativa, se ha podido apreciar durante el conflicto de Ucrania, la eficacia de las armas de la Federación y la vulnerabilidad de tanques y sistemas antiaéreos    provistos a Ucrania con tecnología norteamericana, inglesa o alemana. Lo mismo se ha evidenciado en la invasión de Israel a la franja de Gaza. En materia de misiles, sistemas de defensa antiaérea, drones y guerra cibernética, se advierte el desarrollo tecnológico de países como Irán y Turquía. En este sentido, la hegemonía de EEUU como superpotencia militar, ya no sería tal, toda vez que armamento moderno europeo sería superado tecnológicamente por otros países.

La dispersión del poder nuclear entre muchos países, genera un nuevo equilibrio del terror que los gobernantes deben sopesar con mucha cautela. Un problema grave ha sido el tráfico de armas suministradas a Ucrania, que se habrían desviado, corrupción mediante, a grupos combatientes en Oriente Medio.  A lo mismo se agrega el alto desarrollo armamentista de Irán, que ha provisto de drones a Rusia y a los grupos que se enfrentan a Israel y EEUU, en defensa de Palestina, por los bombardeos y su ocupación de territorios palestinos de la Franja de Gaza.

El negocio de la guerra se ha articulado con tenebrosas redes, donde las empresas de mercenarios profesionales que sirven al mejor postor, se ha apreciado en Rusia y la OTAN, con fuerzas irregulares que hacen la guerra más brutal, ya que esas milicias son el brazo operativo para exterminar al enemigo, sin mayores reglas.

En este año se ha demostrado que Europa ha sido el gran perdedor. De partida, Europa no fue capaz de privilegiar su interés regional de lograr una estabilidad en paz con Rusia y los antiguos países de la URSS, acatando, en cambio, dentro de la alianza estratégica  de la OTAN, tratar a Rusia como un enemigo estratégico. El llamado Protocolo de Minsk, alcanzado entre Rusia y Ucrania en 2014, tuvo por objetivo poner fin al conflicto entre separatistas prorrusos del Donetsk y Luhansk y combatientes ucranianos. Ese acuerdo no se cumplió, Ucrania continuó atacando y tratando de dominar ese territorio y Rusia decidió reconocer como Estados independientes a las regiones rebeldes, las cuales se integraron a la Federación. En el plano estratégico, Rusia consideró que la OTAN estaba cercándola, y decidió el operativo militar de recuperación de esos territorios, que pusieran distancia y seguridad.

Cuando un sabotaje destruye Nord Stream 1 y 2, Alemania dejó de recibir el gas de Rusia y debió enfrentar una crisis energética, mientras EEUU le comenzó a proveer su gas a precios mucho más altos. En definitiva, la imposición de sanciones económicas a Rusia, finalmente resultó en un boomerang, ya que Rusia siguió creciendo y fortaleciendo lazos comerciales en el marco de los BRICS con la India, China, Arabia Saudita. Además, Rusia logró que armadores griegos le proporcionaran buques cisternas para seguir distribuyendo petróleo y, a través de la triangulación, igual su petróleo llegó a países como España, burlando las pretendidas sanciones que buscaban deteriorar la economía de la Federación. Siendo Alemania la locomotora de la Unión Europea, la desaceleración  de su economía ha impactado en el resto de la región.  En resumen, Europa ha sido damnificada de las malas decisiones de sus políticos obsecuentes a las políticas de EEUU. Países como Italia y Francia, con gobiernos de ultraderecha, han visto con impotencia que la inflación, la inmigración ilegal consecuencia de los desplazamientos poblacionales que provocan las guerras, han llevado a convulsiones sociales desestabilizadoras.

Esto nos lleva a resaltar en este 2023, la crisis de las democracias occidentales, que han venido viviendo crecientes estados de tensión social, con un creciente descreimiento y rechazo a todo lo instituido. Por ello, las cúpulas políticas son jaqueadas por movimientos sociales que impugnan el statu quo, en una creciente anomia, cuyo contrapunto en el péndulo, son gobiernos fascistoides que prometen seguridad a cambio de derechos.

El Genocidio en Gaza

Al momento de escribir esta columna, la información proporcionada por combatientes palestinos indica que en Gaza el número de víctimas alcanza las 16 mil personas, de la cuales 7000 han sido niños. Es el genocidio-infanticidio que la ONU ha sido incapaz de frenar. El derecho a veto en el Consejo de Seguridad, que mantienen los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial, ha significado que EEUU bloquee cualquier medida que apunte a frenar el conflicto. Brasil y Rusia intentaron iniciativas de alto al fuego, pero EEUU se opuso aplicando su veto.

Tras el conflicto de Palestina e Israel se han precipitado los acontecimientos. En las declaraciones de los actores internacionales se han establecido ciertas precisiones: “Denunciar al sionismo no es ser anti judío” “Responder a Hamas debe enmarcarse en el principio de proporcionalidad y respetar el derecho internacional humanitario” “Bombardeo indiscriminado a civiles, escuelas, hospitales configura crímenes de guerra de lesa humanidad”

 A medida que se aleja esa mañana del 7 de octubre, en que se realizó el ataque de Hamas a asentamientos israelíes, ha surgido un fuerte cuestionamiento al Mosad el Departamento de Inteligencia israelí por no haber previsto el ataque. La verdad es la primera víctima en una guerra y la propaganda engañosa es parte del juego. Pero, más allá de ello, ha surgido un asunto de fondo: el litoral de la franja de Gaza tiene valiosos yacimientos de gas y el Primer Ministro Nethanyahu, habría planteado un proyecto de explotación de ese recurso, habiendo comprometido incluso concesiones para la explotación del proyecto, proponiendo un mapa ampliado de Israel hacia nuevos territorios, como una ruta de la seda alternativa hacia el sudeste asiático. Esta información develada por medios alternativos, explicaría el porqué de la expansión sionista, planteada como una guerra santa, pero con una causa real profunda: poder ocupar Gaza, exterminar a sus habitantes para explotar sus riquezas energéticas. El ataque de Hamas del 7 de octubre y la toma de rehenes, ha sido esgrimido como justificación para una guerra de exterminio contra el pueblo palestino, con bombardeos de tierra arrasada, en un espacio estrecho donde más de 2 millones de habitantes se encuentran en total indefensión. Periodistas y funcionarios de la ONU han sido asesinados durante la invasión de Gaza. El poder mediático de Israel y EEUU ha buscado tender mantos de desinformación, pero ha habido una explosión mundial de activismo pro Palestina, en repudio al genocidio del Estado sionista y su cómplice EEUU. Reporteros Sin Fronteras han señalado "Los periodistas asesinados en un mes y medio en Gaza igualan a los registrados en un año en el mundo".

Voces por la Paz Mundial

Al cierre de 2023, la civilidad, la ciudadanía, los pueblos de diversas latitudes del planeta se han movilizado por la paz. Este año Chile conmemoró los 50 años del golpe civil y militar de 1973. Una extendida movilización por diferentes ciudades y pueblos que remarcando el significado de la dictadura fascista en la vida de las comunidades y las personas que sufrieron los abusos de ese régimen de terror. Por esto, en Chile se produjo una empatía colectiva cuando parte el conflicto con el ataque de Hamas a Israel. Miles de personas levantaron la voz por la paz y contra el terrorismo. Poco a poco las voces se elevaron por Palestina, por la existencia de dos estados, por el cumplimiento de la Resolución N° 19 de 1967 de la Asamblea General de las Naciones Unidas  en la que se acordó la admisión de Palestina como Estado observador no miembro de la Organización.

La civilidad planetaria ha marchado en las principales ciudades de Europa y América para parar los bombardeos del Estado Sionista de Israel sobre un pueblo hacinado en la Franja de Gaza. Los palestinos aspiran, en justicia, a ser reconocidos y respetados como un Estado soberano, con una paz real, con dos Estados, Israel y Palestina, que puedan coexistir y donde el Derecho Internacional se respete. Pero, desgraciadamente, lo que está hoy sufriendo la civilidad de Oriente Medio, es un huracán de odios,  sirenas y pulsos metálicos de misiles, en la dialéctica perversa de una guerra de exterminio. 

Frente a nuestros ojos va transcurriendo este conflicto, la muerte se enseñorea con crueldad exacerbada, con asimetrías profundas. Gente común y corriente es masacrada, la instantánea comunicación nos va mostrando la escalada, este año 2023 hemos presenciado en directo un infanticidio dantesco.

 

Hernán Narbona Véliz

Periodismo Independiente

Corresponsal de La Razón.cl

Valparaíso, 10 de diciembre 2023.
Una mirada libre a nuestro entorno